La Habana, ciudad de encantos
Por:María Elena Balán Saínz
La Habana es una ciudad llena de magia, portadora de numerosos encantos que apuesta por su propia realización.Cuenta con muchas barriadas como El Vedado, Regla, Guanabacoa, Miramar, y también lo que se conoce como La Habana colonial, que abarca una extensión de unos 2,2 kilómetros cuadrados con particularidades muy singulares en su arquitectura, sus tradiciones, su cultura..Tiene valores tangibles y no tangibles, con numerosas plazas, fortalezas, museos, restos de la muralla que en otras centurias la protegió de corsarios y piratas, así como antiguos palacetes y casas señoriales. Una parte del Malecón, en sus primeras 14 manzanas, constituyen la antesala para entrar al Centro Histórico de La Habana Vieja, lo cual resulta otro de los atractivos de esta urbe.Paseos como el Prado representan un corredor con valores arquitectónicos y urbanos, al igual que la calle Obispo, ubicada entre las más emblemáticas, así como la avenida del puerto y el Barrio Chino, espacios vinculados a la Oficina del Historiador de la Ciudad.Sin dudas, la referida Oficina, que preside el doctor Eusebio Leal Spengler, desempeña un liderazgo importante a fin de garantizar la restauración, la supervivencia de las instituciones culturales y el mejoramiento del nivel de vida de la población.Porque hay que destacar en toda su justeza que la vieja Habana no es un gran museo inerte, tampoco un bazar para turistas simplemente, ni una institución mercantil. Por el contrario, su proyección es eminentemente humana.De ahí que la ciudad siga viviendo dignificada, preservada por sus propios habitantes, recuperada en sus perfiles, en sus aportes estéticos, en su ambiente acogedor, con su porte señorial y majestuoso.
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