Punta Lucrecia versus Ike
María Elena Balán Saínz
El huracán Ike llegó a Cuba por la provincia de Holguín, específicamente por Punta Lucrecia. Vale recordar que su faro fue inaugurado el 10 de octubre de 1868, el mismo día en que Carlos Manuel de Céspedes dio la libertad a sus esclavos, en el ingenio La Demajagua.
Ubicado en el municipio de Banes, el faro marca el rumbo a las embarcaciones y su construcción fue idea del Capitán General de la Isla, José Gutiérrez de la Concha, en su primer período de gobierno, debido al naufragio del bergantín Themis, que navegaba frente a las costas de ese hermoso lugar.
La roca utilizada en la fuerte edificación, que ha resistido el paso de los vientos y el salitre durante hace casi150 años, fue sacada de una cantera y para trasladar los enormes bloques de varias toneladas, resultó necesario construir un rústico ferrocarril arrastrado por bueyes, cuyos carros rodaban por carriles de madera.
Expertos se preguntan con qué material peqaron esas piedras, ya que en todos estos años han resistido sin ser destruidas.
La base del faro es octagonal, la torre tiene una altura de 121 pies y una escalera en espiral compuesta por 218 escalones.
Los primeros torreros se sumaron a la lucha independentista de los mambises y el lugar fue eventualmente cerrado, para ser luego reabierto.
Ahora, la furia de la naturaleza enfrentó a este huracán, llamado Ike, con el faro que cuenta con casi siglo y medio de vida, y coincide su inauguración con el inicio de la Guerra de los Diez Años.
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