UNA MUJER EN EL JARDÍN
Después de la española María Zambrano, fue Dulce María Loynaz la segunda mujer en obtener el Premio Cervantes de Literatura. Esta insigne cubana fue reconocida como un alto exponente del intimismo post-modernista.
Destacada por su poesía y su prosa, resultó sin dudas su novela Jardín la que más fama le dio. La obra fue inspirada en la antigua casona de la barriada capitalina de El Vedado, cerca del mar, en la que Dulce María, junto a sus hermanos Flor, Enrique y Carlos Manuel, pasó momentos inolvidables de su vida.
En ese sitio surgieron sueños y añoranzas, siempre recordados por esta mujer singular. Quienes la conocieron más de cerca destacan que tras su aparente hermetismo guardaba una dulzura y una afabilidad extraordinarias.
Hija del general de la guerra de independencia Enrique Loynaz del Castillo, Dulce María nació a principios del siglo XX, el 10 de diciembre del año 1902.
Además del Premio Cervantes, considerado como el Nobel de las letras de la lengua española, obtuvo el Nacional de Literatura en 1987. Tuvo el privilegio de relacionarse con personalidades del arte y las letras como Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez y José Lezama Lima, entre otros.
Dulce María Loynaz llegó a representar una figura muy querida y respetada, no sólo en Cuba, sino en otros países como España. Ubicada cronológicamente en la Generación de Poetas de la década del 1920, fue sin embargo, una creadora que tuvo siempre su pluma activa y nos legó un preciado tesoro literario.
Actualmente se le rinde homenaje permanente con un Cnetro que lleva su nombre, ubicado en la calle 19, en El Vedado, La Habana, donde vivió los últimos años de su fructífera vida.
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