JOSÉ MARTÍ Y EL EQUILIBRIO DEL MUNDO
Ilustración pintura Esteban Machado inspirada en verso Yo soy un hombre sincero
Por María Elena Balán Saínz
El despertar de la conciencia continental de José Martí, quien fuera un defensor de nuestra América ocurrió, según afirman algunos historiadores, durante el bienio de 1875 al 1877, durante una de sus estancias en México, país por el que sintió un entrañable cariño.
La hidalguía y el encanto de esa tierra le llegó al Héroe Nacional cubano a través de muchos amigos, que le conocieron cuando residió allí, o en su paso ya próximo a venir a la Isla a reiniciar la Guerra Necesaria en 1895.
Es muy conocida su amistad con Manuel Mercado, a quien muchos investigadores llaman el confidente de Martí. En su casa en México, contrajo matrimonio con la cubana Carmen Zayas Bazán, quien fue la madre de su único hijo Francisco José.
También sería Mercado el destinatario de la última carta que escribió el Apóstol de la independencia de Cuba, poco antes de morir en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.En ese documento, que se considera como su testamento político, le confiesa al amigo la alegría de estar en el campo insurrecto porque al fin ya está todos los días en peligro de dar su vida por su país y por su deber.
Pero sobre todo le explica la orientación antimperialista y continental de lo que consideraba la Guerra Necesaria.Su deber era “impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
Se propuso frenar, con la libertad Cuba y Puerto Rico, el expansionismo norteamericano hacia América Latina, iniciado con el despojo a México de gran parte de su territorio.José Martí tenía el sueño de lograr una república que uniera su destino al de las demás naciones de nuestra América, llamadas a formar un frente común que impidiera las pretensiones imperialistas estadounidenses y sirviera de contrapeso para lograr el equilibrio del mundo.
Un alerta a favor del equilibrio
La idea martiana del equilibrio del mundo procede de su concepción de ese precepto como ley matriz esencial que rige tanto para la naturaleza, el espíritu, el arte, la ciencia, la economía, las relaciones sociales y la política.
Tanto en la carta inconclusa a Manuel Mercado como en el Manifiesto de Montecristi, firmado en marzo de 1895 junto al Generalísimo Máximo Gómez, se expresan ideas que destacan “la independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aun vacilante del mundo”.
Estudiosos de la obra martiana y de los acontecimientos contemporáneos en el orbe, como el Doctor Armando Hart estima al respecto que:“Hay quienes pueden pensar que se trata de una utopía irrealizable en nuestra época, puesto que las oligarquías norteamericanas alientan el terrorismo, especialmente el de Estado, y la guerra criminal contra los pueblos de menor capacidad defensiva, pero precisamente por eso es más necesario que nunca estudiar las sabias advertencias de nuestro Apóstol, que llevan implícito, por su realismo, un mensaje al pueblo norteamericano.“
Así, refiriéndose a la contienda del pueblo cubano por su independencia señalaba que se hacía también para ´salvar el honor de la gran república del norte que en el desarrollo de su territorio –por desdicha, feudal ya, y repartido en secciones hostiles- hallará más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores´.
Hoy se requiere y se va logrando una nueva dimensión de la unidad latinoamericana y antimperialista que promulgó José Martí, cuyo pensamiento tiene plena vigencia.
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