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María Elena Balán/ Arca de cubania

?AEROLITO O TOBA VOLCANICA?

?AEROLITO O TOBA VOLCANICA?   Por María Elena Balán Saínz      Hubo quienes afirmaron que era un aerolito caído del cielo, mientras otros se encaminaron por una explicación geológica del asunto. Ante lo que se reconoce como la tercera piedra más grande del mundo, es lógico que surgieran varias hipótesis de su origen.

   

  La Gran Piedra, un mirador natural con un hotel en la ladera de la montaña sobre la que se asienta, es un sitio maravilloso a sólo 25 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, y constituye un destino turístico muy solicitado por quienes visitan la parte oriental de la Mayor de las Antillas.

   

  Aunque existió la idea de que pudo ser un aerolito que cayó hace millones de años, los argumentos de geólogos estudiosos del tema nos conducen a creer que es una toba soldada, producto sólido de la explosión de un volcán submarino.

   

  Es, a criterio de los especialistas. el resultado del último episodio volcánico en Cuba, hace unos 50 millones de años, que lanzó fragmentos de tobas en estado semifundido, dando lugar a la enorme roca.

  

  Ubicada a 1225 metros sobre el nivel del mar, quienes acuden con frecuencia al lugar, afirman que desde lo alto del mirador se divisa, en noches despejadas, el resplandor de las luces de Haití.

  

  Ese lugar tiene una belleza natural singular, donde los contrastes entre el azul del mar del litoral costero y el verdor de la vegetación se conjugan en un todo acogedor y atrayente.

  

   Las ruinas pétreas de las mansiones señoriales y los secaderos de café hablan de la presencia de los franceses que se asentaron en ese apartado paraje de la geografía cubana, huyendo de la guerra desatada en Haití.

  

   Esos europeos y la dotación de más de 600 esclavos haitianos de su propiedad,  trajeron además de sus habilidades para la cosecha  del café, su tesoro cultural, que influyó sin dudas, en las manifestaciones artísticas, en las tradiciones culinarias y en la religión de esa zona santiaguera.

  

   En La Gran Piedra sobreviven todavía las leyendas de esa época, que hablan de amores entre uno de los ricos colonos y una esclava llamada Isabélica, con la cual luego de muchos infortunios y obstáculos llegó a contraer matrimonio.

  

   Parte del legado de los franceses se preserva en el Museo Cafetal La Isabélica, en La Gran Piedra, ubicado en una casona de madera, reconstruida sobre las ruinas, cuya arquitectura se considera de avanzada, a pesar de corresponder a finales del siglo dieciocho y principios del diecinueve, con elementos no comunes en construcciones coloniales. 

UNA EMOCIONANTE AVENTURA   

 Quien desee conocer La Gran Piedra tendrá la opción de llegar hasta la base de la enorme mole en automóvil por una carretera abierta en la montaña, o si lo prefiere, podrá vivir la aventura de escalar los 452 escalones fabricados entre una tupida vegetación, donde sobresalen  222 variedades de helechos, 352 de orquídeas, pinos, cipreses, frutas  y otras flores perfumadas.

  

  Podrá disfrutar en su ascenso de una fauna endémica en Cuba, formada por pájaros carpinteros, gavilanes, torcazas y tocororos, el ave nacional de la Isla.

  

  El microclima que se respira en esa zona oriental, hará más fresco el recorrido, matizado por  una densa niebla, como si las nubes acompañaran al visitante en su ascenso hacia la enorme piedra a través de senderos tapizados por musgos siempre húmedos..

  

  Hay un halo de misterio en el encuentro con la enorme roca, que sobrecoge con sus 6 000 toneladas de peso, expulsadas por un volcán submarino. Su resistencia al viento, la lluvia y otros fenómenos climatológicos le confieren ese título de gran dama que se enseñorea en la montaña.  

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