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María Elena Balán/ Arca de cubania

Martí caballero

Martí caballero

Pintura de Martí realizada por Jorge Arche

Por María Elena Balán S. 

Para la niña María Mantilla, a quien José Martí dio tantas muestras de cariño y afecto, el Maestro se destacaba sobre todo por su caballerosidad. En una ocasión expresó, siendo ya una mujer: ¨De Martí, el caballero, quedan grabados en mi mente tantos detalles de delicadeza y galantería con las damas, como él decía. Siempre tan fino y con alguna frase de elogio en los labios.

Cuando se daba alguna reunión, en la que se citaban las familias cubanas para celebrar algún cumpleaños, había música y un poco de baile. Martí siempre sacaba a bailar a las señoras o señoritas menos atractivas y luego yo le preguntaba: Por qué es que usted siempre saca a bailar a las más feas. Y él decía: A las feas nadie les hace caso y es deber de uno no dejarles sentir su fealdad.¨

Por su parte, decía el poeta, periodista y narrador mexicano del siglo XIX Manuel Gutiérrez Nájera, ¨que Martí para escribir La Edad de Oro ha dejado de ser río y se ha hecho lago, terso, transparente, límpido.

Lo diré en una frase: se ha hecho niño... un niño que sabe lo que saben los sabios, pero que habla como los niños. Parece que se los sube a las rodillas y que allí les habla, los instruye, los educa, y para que no se vayan, para que estén contentos, les da los mil juguetes primorosos que él sabe hacer con su palabra. Se olvida de que ha vivido, deja que el arrapiezo se le monte en el cuello y retoza en la alfombra. Afuera será el luchador, el combatiente: aquí es el padre. ¡Qué obra tan buena y qué buena obra es La Edad de Oro!.¨

Un condiscípulo de José Martí, que luego fue periodista, Dionisio Rossié dijo del Apóstol: ¨Los recuerdos que aún tengo me representan a Martí como un niño de catorce a dieciséis años, de estatura propia de esta edad, aunque un poco alto, frente ancha, fruncía algo las cejas, ojos muy vivos y un carácter dulce y apacible, y más que alegría demostraba cierta tristeza, como si siempre le preocupara algo, y a los chistes y bromas de sus compañeros, contestaba siempre con una sonrisa dulce que infundía respetuoso cariño, hasta a los de mayor edad.

¨Ya en esos tiempos componía versos, que se los corregía Mendive.¨

Así era nuestro José Martí, según lo vieron sus contemporáneos. 

 

1 comentario

Stultifer -

Hola desde España. Busco fotografias del cementerio de Guanabacoa y de la tumba de Bola de nieve. Conoces?